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Co(N)razón

Estar aquí y allá, allá, aquí, donde la sombra se atreve a mirarte y alejarla con un aleteo de ojos que ni las alas de los pájaros pueden alcanzar. Estar aquí y allá, allá, aquí. Sumergirse en el silencio del instante, pedirle al tiempo palabras que en el momento no llegan. Atinar sin atino al destino y cubrir la memoria de los años de materia etérea. Donde el corazón no viene, la razón va. Donde la razón no va, el corazón viene.

Telón del mundo

En la bóveda de la techumbre hemos sacrificado a los pájaros. Detenidos ellos en un cielo extraño, han sabido desenredarse del tiempo a través de sus torpes alas. Son especies que se niegan a extinguirse. Toda existencia merece tener su hueco dentro del telón del mundo. También fuera.

El viento rompe su tristeza

He confeccionado un abanico de letras con la edad de cada año. El tiempo parece ser un aliado de la vejez pero rompe el viento su tristeza y vuelan las palabras por los rincones del espacio. Hay una historia en cada perspectiva vital. Un trozo de sabiduría en todo lo que existe. Nada se hace innecesario en la calle de la experiencia y no hay ayuno sin algo de precariedad. Tomemos pues un poco de ficción para ser escapistas de esta condición límite.

La esencia de la noche

En la perplejidad del día quiebro las alas en la esquina del reencuentro y miro muy dentro del miedo. Observo la dirección de las miradas, como si de palabras imperfectas se tratasen y busco el nombre de lo exacto. Pierdo el equilibrio dentro del laberinto del dolor y hallo la esencia de la noche vestida de somnolencia.

La inquebrantable soledad de la herida

Cuando los años me vacíen con el caer de la arruga y la vida haya esparcido sus rabietas sobre la caricatura del tiempo, podré caminar sobre la inquebrantable soledad de la herida con la satisfacción de haber cosido cada dolor en la piel que hoy habito. Una piel que, deformada por los años, recorrerá los pliegues del futuro para dormir sobre sus cimientos.

Dudas

Esbozas un canto en la periferia del mundo y en el filo de lo posible dudas del precipicio como quien duda de su resistencia.

Hu-eco

Un hueco ha permanecido intacto  al derrumbamiento. Se ha rendido al homenaje que, cada piedra, ha puesto en el cemento. Un hueco  que ha agrietado el muro del tiempo y ha desechado la idea de oscurecerse  bajo el escombro.