Certezas

No podemos respirar
sin la certeza de hacerlo.
Se nos derrumba el aire
entre las nasales fosas
que rugen sin aliento.

No podemos desencadenar
una respuesta sin estímulo
que nos la condicione.
O tal vez sí.
No hay certeza en el hoy
y sí hay certeza en el mañana.

Todo se confirma.
Hasta las ganas,
aunque se desarmen las tinieblas.

No hay luz sin una oscuridad
que haga sombra a su destino.
Toda certeza tiene su eternidad
en el rincón de la sabiduría.
Las palabras están hechas
para sumergirse en el acto
de reescribirlas.

No podemos soñar
sin la certeza de estar dormidos
aunque despiertos caigamos
en el olvido de los sueños.

Y así,
de certezas y de no certezas,
cae la tarde
a través de la retina
del tiempo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hu-eco

La inquebrantable soledad de la herida

El alfabeto perfecto