De las calles

Salen de las sombras
como si de los charcos huyeran.
Mojados por una escarcha vespertina
e inadvertida.

Salen y se esconden
entre la multitud que los acoge
como si de héroes y de mitos
se tratasen.

Salen y aparecen
en las ventanas sin cristal,
en las estancias sin puertas que cerrar...
pero salen,
sin aviso,
sin horarios,
sin rutinas.

Se quedan en todo y en nada
como quienes nada temen
en la oblicuidad del tiempo.

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